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REALIZACIÓN DE VESTUARIO CON PAPEL ENCOLADO

 

En un artículo anterior hemos visto cómo hacer pequeñas transformaciones en uniformes para obtener la figura que deseamos. Abordaremos ahora una transformación mayor con que la podremos no ya transformar determinadas piezas del uniforme, sino rehacerlo por completo. Podremos así hacer casi cualquier prenda de vestir: abrigos, jerseys, etc.

 

Utilizaremos para ello papel encolado. Usaremos papel del tipo “tissue”, es decir, pañuelos de papel, preferiblemente de varias capas suaves (cuatro, por ejemplo). El papel ha de ser blanco, sin perfume o loción y sin marcas de agua o relieves. El trozo de papel así conseguido será sumergido en un recipiente con agua a la que habremos añadido un poco de cola blanca. Conviene hacer unas pruebas antes para asegurarnos de la proporción adecuada, pues si echamos mucha cola el papel quedará demasiado rígido y si echamos muy poca, casi no habremos conseguido nada. El objetivo es conseguir una pequeña lámina de papel con cierta rigidez y consistencia, y que no suelte fibras.

 

Una vez sumergido el papel y bien empapado en la mezcla, lo sacamos, lo extendemos con cuidado de que no se nos rompa y lo colocamos a secar sobre una superficie lisa intentando que no se formen muchas arrugas (mejor ninguna). Una vez seco tendremos una lámina de papel “con cuerpo”, muy lisa por la parte de abajo (la que estuvo en contacto con la superficie durante el secado, donde se habrá depositado por gravedad casi toda la cola) y otra menos lisa (la que estaba al aire durante el secado). Ya tenemos “el tejido” para hacer la ropa. Ahora viene el “trabajo de sastre”.

 

Cortaremos la lámina en pequeños rectángulos, dependiendo las dimensiones de los rectángulos del tamaño de la prenda que queramos hacer: más grandes si es un abrigo y más pequeñas si es un pasamontañas. Intentaremos que el número de rectángulos sea el mínimo posible (cuantos más rectángulos, más uniones y posibles fallos). Pegaremos con cianocrilato esos rectángulos al cuerpo de la figura, marcando las arrugas que deseemos con los dedos y las uñas, y uniendo entre sí los distintos rectángulos. Cuanto más lisa esté la base sobre la que coloquemos el papel, más liso será el acabado final, y viceversa. Conviene que la parte del papel encolado que esté en contacto con la figura (la que va a quedar oculta al final) sea la más lisa.

 

Ya pegados todos los trozos y pegadas las uniones entre sí, podemos cortar los trocitos sobrantes y rebajar las uniones. Para ello es mejor dar una capa de Putty de Tamiya muy diluido en acetona, imprimando el papel de esta forma para que adquiera su textura y rigidez definitivas. Con este papel encolado y “plastificado” podremos trabajar mejor a la hora de recortar trocitos sobrantes o eliminar rebabas con la cuchilla, además de darle su aspecto definitivo antes de pintar.

 

Detalles como bolsillos, cinturones o botones se realizarán con otros materiales, como cinta autoadhesiva de PVC o lámina fina de estireno, de igual forma que en el otro artículo anterior.